jueves, 16 de agosto de 2012

QUE TAL SI CAMBIAMOS NOSOTROS???

EL HUEVO Y LA NARANJA (Reflexión)

Imaginemos un huevo crudo, una naranja, un cuchillo, y un plato. Imaginemos que agarro el huevo e intento pelarlo con el cuchillo. No podría, ¿no? Ahora imaginemos que, a pesar de no poder, sigo insistiendo,
 esta vez clavando la punta del cuchillo. ¿Qué pasaría? La cáscara se rompería y el contenido se derramaría.



Imaginemos ahora que agarro la naranja e intento pelar con el borde del plato. Tampoco podría, ¿no? Y volver a imaginarnos que sigo intentándolo, golpeándola y apretándola más fuerte. ¿Qué pasaría esta vez? La piel se rompería, si, pero la naranja también.

¿Cómo tendría que haberlo hecho? Romper el huevo con el plato y pelar la naranja con el cuchillo. Parece obvio, pero...



Con las personas pasa lo mismo. Todos somos como el huevo y como la naranja, como el cuchillo y como el plato. Todos somos iguales y diferentes al mismo tiempo. Todos tenemos una cáscara, una piel que protege nuestro interior, nuestras emociones, nuestros sentimientos... Y todos tenemos un “cuchillo”, un “plato” que nos permiten conocer interiormente a las personas. Esta protección no es indestructible, pero muchas veces queremos romper esta capa de la manera equivocada, y por mucho que lo intentemos, no solo no lo lograremos, sino que lo podemos llegar a romper.



No le echemos la culpa ni al huevo ni a la naranja. No insistamos haciendo algo que no funciona. No pretendamos que cambien su naturaleza. Cambiemos nosotros. Busquemos la manera correcta de conseguir que esa persona se abra a nosotros. Utilicemos el plato para romper el huevo y el cuchillo para pelar la naranja…

Saludos amigos nos seguimos leyendo.

Victoria Isabel Ferrer Noriega 

No te preocupes porque tus hijos no te escuchan, te observan todo el día.- MADRE TERESA DE CALCUTA